La función de producción, cuyo objeto son las operaciones físicas que se precisan realizar para la transformación de la materia prima en productos finales o para la realización de un servicio, existe siempre en cualquier empresa, tanto si se trata de una fábrica, un hospital o la conducción de un autobús. No importa si se trata de una empresa industrial o de servicios: todas poseen la función de producción. Para no confundir que el proceso de producción existe tan sólo en empresas manufactureras, hablaremos del Proceso de Operaciones.
 
Por tanto, la Gestión de Producción o de Operaciones, se orienta al diseño en la forma de hacer las actividades dentro de la empresa para conseguir cumplir las expectativas que el cliente espera del producto o servicio ofertado. Una gestión de producción óptima debe conseguir la mayor eficacia y/o eficiencia del sistema, de manera que se utilicen de la forma más rentable los recursos necesarios (máquinas, mano de obra, útiles e instalaciones) para la realización del proceso productivo.
 
La implicación de los miembros de la organización fundamental, continuamente la dirección tiene que evaluar los resultados en contraste con la información del entorno, las necesidades, las limitaciones, las oportunidades y las amenazas. En función de estas evaluaciones, la dirección fija políticas, objetivos, programas, y establece la cantidad y calidad de los recursos que se van a utilizar, donde se especifican cada una de las actividades (y que realmente añadan valor), dónde se realizan, qué recursos se emplean y cuáles son los tiempos involucrados.
 
 
El diseño de las operaciones debe ser tal que la empresa sea capaz de alcanzar y mantener una ventaja competitiva sostenible a largo plazo. El objetivo fundamental de la empresa está muy estrechamente relacionado con la capacidad de la misma para ser la mejor en algún aspecto.
 
Las operaciones abarcan todas las actividades que van desde una idea hasta un cliente satisfecho. La satisfacción del cliente, que se consigue al superar las expectativas que éste espera de la empresa (del producto o servicio) a corto, medio y largo plazo, se convierte en un objetivo operativo: que éste vuelva a comprar.
 
 
Por último, el diseño del sistema de gestión de operaciones implica hacer énfasis en la optimización de ciertas características fundamentales para conseguir que la empresa sea rentable y competitiva ahora y en el futuro. Se debe diseñar todo el Sistema teniendo en cuenta que las Operaciones sean capaces de:
  • Flexibilizar la producción del producto o realización del servicio, es decir, minimizar los tiempos de Producción para adaptarse lo máximo posible a la demanda
  • Reducir los stocks (ya sean productos o servicios) de materia prima, producto en curso y producto final
  • Implantar los conceptos de calidad total en la empresa, haciendo especial hincapié en el autocontrol de las actividades realizadas por los trabajadores y en la calidad de servicio ofrecida a los Clientes
  • Equilibrar las capacidades de todos los recursos con el fin de controlar las limitaciones o cuellos de botella de los procesos productivos
  • En caso de empresas industriales, optimizar la distribución en planta de los recursos, para que exista un adecuado flujo de Producción y minimice los transportes.
  • Estudiar continuamente el proceso para identificar aquellas actividades que no añaden valor (el Cliente no está dispuesto a pagar por ello) y puedan ser realizadas de otra forma
  • Formar, adiestra, incentivar, etc. a todo el personal para el óptimo desarrollo de sus funciones