Gerente de proyectos IMP Consultores

Cuando se habla de competitividad, y más concretamente de uno de sus pilares, la productividad, se tiende a focalizar sobre los salarios, obviando en muchos casos el resto de factores que permiten mejorarla. Parece necesario vincular el nivel salarial no solo a la productividad laboral sino a otros indicadores macroeconómicos como el PIB. Además, dada que la subida salarial se relaciona con la inflación, esto ayuda a que los precios sigan creciendo, resistiéndose a bajar, entrando en un bucle negativo muy perjudicial para la situación de la economía española que no termina de despegar. En cualquier caso, no se debe olvidar que la productividad se comporta de forma contraria a la evolución económica, por lo que es necesario mejorar el seguimiento de la evolución real de la productividad.
Otro factor importante es la energía, cuyo precio en España es muy superior al de países de su entorno, suponiendo un 14,8% superior sobre la media de la UE el coste de la tarifa industrial de la electricidad, según Anae. Esto está impidiendo la modernización y el rechazo de los empresarios a invertir en proyectos donde la energía juega un papel decisorio. Se hace necesario cerrar el debate encontrando el mix energético que garantice la competitividad futura de España.
Las materias primas en general siguen una senda alcista, rozando los máximos históricos del 2008, provocada por el tirón de la demanda proveniente de los países emergente, los desastres climatológicos y la crisis geopolítica de Oriente Medio y el Norte de África. Esto complica aún más la situación, ya que a veces no se pueden trasladar esas subidas al cliente final, resintiéndose los márgenes. El reto será repercutir las alzas de las materias primas en los precios.
Finalmente, hay que comentar sobre los ingresos, en un país donde el 99% de las empresas son PYMES, y la mayoría ejercen su actividad en el sector servicios seguido del de comercio. Con esta estructura se hace complicado invertir en innovación o buscar otros mercados, a pesar que ha aumentado considerablemente el número de empresas que han iniciado su internacionalización. En este sentido, se hace necesario la creación de clusters de empresas que aporten su especialización, y así abordar nuevos mercados con una propuesta de alto valor añadido.
En conclusión, es necesario a corto plazo invertir en mejorar la eficiencia de los procesos de negocio para mejorar la competitividad.

José Manuel Silva