La mejora de la productividad basada en el sentido común está muy bien, pero el uso de metodologías probadas y normalizadas es una herramienta muy potente que no podemos desperdiciar y que nos permite a los consultores aportar claro valor a nuestros proyectos y clientes.
 
Six Sigma es un método basado en la información como medio para mejorar el rendimiento y la calidad de los procesos empresariales, ha sido publicado como un estándar ISO.
 
Esta metodología fue desarrollada originalmente por Motorola en 1986 para mejorar los procesos de fabricación con el objetivo de eliminar las perdidas, defectos, etc. en un  porcentaje muy alto, hasta casi su desaparición. Hoy en día, esta metodología es aplicada por organizaciones de todos los tamaños, grandes y pequeñas, y de todos lo sectores en todo tipo de procesos y servicios para:
·         Impulsar la mejora de procesos con toma de decisiones basada ​​en datos reales y fiables.
·         Medir resultados con alto nivel de confianza.
·         Prepararse para la incertidumbre y el riesgo de los procesos y de sus resultados.
·         Combinar alto rendimiento y  beneficios a corto, medio y largo plazo
·         Eliminar pérdidas, los defectos y errores en los resultados de los procesos y los productos y servicios.
 
«Six Sigma se utiliza  para abordar con eficacia problemas crónicos de las organizaciones», dice la Dra. Michèle Boulanger, co-presidenta de la subcomisión que ha elaborado ​​la norma, «Las organizaciones deben implementar la metodología Six Sigma para aumentar la satisfacción de sus clientes y ser más competitivas »  Qué buena frase, pero qué difícil de conseguir. Este método aporta herramientas reales y probadas que permiten mejoras claras y que además valoran los clientes.
 
Aunque Six Sigma existe desde hace tiempo, el recoger sus mejores prácticas bajo una norma ISO ayuda a consolidar la metodología, y aporta método, algo fundamental para poder concretar proyectos y mejoras. La marca ISO es respetada y reconocida en todo el mundo,  lo que confiere un mayor prestigio y seguridad. Por otra parte, esta publicación en una norma ISO impulsará la metodología de forma coherente, reduciendo la disparidad de criterios, y proporcionando a los usuarios las mejores prácticas probadas y contrastadas.
 
Los proyectos de Six Sigma siguen una secuencia de pasos definidos con objetivos cuantificables y económicos (reducción de costes y/o mejora de resultados o beneficios), y se basan en herramientas estadísticas para reducir la incertidumbre. La implementación implica el establecimiento de una infraestructura con roles y responsabilidades específicos en las personas participantes (por ejemplo, black or green belt). La nueva norma, ISO 13053: 2011, Métodos cuantitativos para la mejora de procesos – Six Sigma hace referencia a la aplicación de la metodología para la mejora de los procesos existentes y se ha publicado en dos partes:
 
Parte 1: Metodología DMAIC, describe las fases de la metodología DMAIC (Definir, Medir, Analizar, Mejorar y Controlar), y recoge recomendaciones con las mejores prácticas, incluyendo roles, conocimientos y capacitación del personal involucrado en cada proyecto.
Parte 2: Herramientas y técnicas, se describen las herramientas y técnicas a aplicar, con hojas de datos, para cada fase del enfoque DMAIC.
 
Ambas normas se pueden aplicar a todos los sectores y organizaciones.
Desde IMP Consultores hemos aplicado esta metodología en numerosos proyectos, y los resultados siempre son superiores a los costes del proyecto.
 
Alberto Pascual Hernández
Socio director en IMP Consultores