Según los datos de publicados por la Comisión Europea en su comuniación «Política industrial: reforzar la competitividad», los ámbitos clave en los que podría reforzarse la competitividad de la economía de la UE con vistas a progresar de manera significativa para alcanzar los objetivos de Europa 2020 son:
 
1) Facilitar los cambios estructurales en la economía, para avanzar hacia sectores más innovadores y basados en el conocimiento, con mayor crecimiento de la productividad y que han sufrido menos de la competencia mundial (como las industrias ecológicas o los equipos eléctricos y ópticos);
 
2) Fomentar la innovación en la industria, en particular, poniendo en común los escasos recursos, reduciendo la fragmentación de los sistemas de ayuda a la innovación, facilitando la introducción de soluciones innovadoras en el mercado y mejorando la focalización de los proyectos de investigación. Por ejemplo, se considera que los mercados de las tecnologías facilitadoras esenciales (como nanotecnologías, materiales avanzados o biotecnología industrial) crecerán hasta un 50 % de aquí a 2015, lo que generará miles de nuevos puestos de trabajo de mucho valor añadido.
 
3) Promover la sostenibilidad y la eficiencia en el uso de los recursos, en particular la innovación y las tecnologías más limpias, velando por que los precios de la energía sean justos y no distorsionados y prosiguiendo la mejora y la interconexión de las redes de distribución de energía;
 
4) Mejorar el entorno empresarial, sobre todo reduciendo la carga administrativa que pesa sobre las empresas y promoviendo la competencia entre los prestadores de servicios que utilizan las infraestructuras de banda ancha, energía y transporte;
 
5) Aprovechar las ventajas del mercado único, ayudando a los servicios innovadores y aplicando plenamente la legislación del mercado único, en particular la Directiva de servicios, lo que podría generar hasta 140 000 millones EUR de beneficios económicos a escala de la UE, que representan un crecimiento potencial del 1,5 % del PIB;
 
6) Apoyar a las pequeñas y medianas empresas (PYME), en particular, favoreciendo el acceso a la financiación, facilitando la internacionalización y el acceso a los mercados, y velando por que las administraciones públicas reduzcan los plazos de pago.
 
Resultados principales de los informes
  • Productividad laboral (por trabajador del sector manufacturero) El índice de productividad supera la media de la UE en Irlanda, los Países Bajos, Austria, Finlandia, Bélgica, Luxemburgo y Suecia, mientras que es inferior a la media en Eslovaquia, Polonia, Eslovenia, Chipre, Hungría, República Checa, Portugal, Estonia, Lituania, Rumania, Letonia y Bulgaria.
  • La UE tiene menos empresas jóvenes innovadoras: las empresas de la UE tienen peor desempeño que las de EE.UU. y Japón en cuanto a las aplicaciones y la comercialización de la investigación y la innovación. La proporción de empresas innovadoras es especialmente elevada en Luxemburgo, Alemania, Bélgica y Portugal, mientras que es baja en Hungría, Polonia, Letonia y Lituania.
  • La industria está cada vez más interconectada con los servicios: en particular, la industria recurre cada vez más, directa o indirectamente, a servicios de empresas que utilizan mucho el conocimiento, que representan hasta un 9 % de las exportaciones de la UE-12 y el 18 % de las de la UE-15.
  • La industria de la UE está mejorando la eficiencia en el uso de las materias primas: se recicla cada vez más y se usan materiales innovadores de sustitución, pero el acceso a las materias primas no energéticas y su precio razonable son factores esenciales para la competitividad de la industria manufacturera de la UE que las utiliza mucho.
  • Eficiencia industrial: en muchos casos, la UE va por delante de los EE.UU. y se acerca a Japón, pero existen diferencias significativas de rendimiento entre Estados miembros y entre sectores industriales de la UE.
  • Marco reglamentario nacional favorable a las empresas: es más favorable en Luxemburgo, Finlandia, Estonia, Chipre, Dinamarca y Suecia, mientras que lo es menos en Bélgica, Portugal, Grecia, Hungría e Italia. Para más información, véase el MEMO/11/702.
Antecedentes
Como parte de la estrategia Europa 2020, en 2010 la Comisión puso en marcha una nueva y ambiciosa política industrial1, que ponía de relieve las medidas necesarias para reforzar el atractivo de Europa como centro de inversión y producción —entre otras, el compromiso de supervisar las políticas de competitividad de los Estados miembros—.
Los informes de 2011 sobre la competitividad europea y sobre las políticas y resultados de los Estados miembros en materia de competitividad contribuirán a la evaluación de los Estados miembros en el marco más amplio del «semestre europeo» y de Europa 2020.
 
Más información
Comunicación «Política industrial: reforzar la competitividad»
Informe de 2011 sobre la competitividad europea
Informe de 2011 sobre las políticas y resultados de los Estados miembros en materia de competitividad
MEMO/11/701 «Política industrial: reforzar la competitividad»
MEMO/11/702 «Sinopsis de la competitividad en veintisiete Estados miembros»
Europa 2020 y «semestre europeo»