A muchas de las empresas con las que trabajamos en nuestros servicios profesionales de Gestión de Operaciones, el hablar de “Seis Sigma” les suena de nuevo a “cosas de los consultores”. Desde nuestro punto de vista, “Seis Sigma” es una filosofía de gestión en las que intervienen métodos tradicionales, como diseño y mejora de los procesos, simplificación de las operaciones, métodos de resolución de problemas, estudios de estrategias de capacidad, métodos estadísticos, equipos de mejora, etc.
 
Fuente: wikipedia
 
“Seis Sigma” interrelaciona dichos métodos y los aplica ya no sólo a un área de la empresa (como tradicionalmente podía ser producción) sino a toda en su conjunto, priorizando las actividades sobre aquellos procesos clave que aporten valor añadido al cliente. De esta forma, ayudan a cumplir con lo que se le ha prometido al cliente, de forma sistemática y por tanto persiguen tener a los clientes satisfechos con nuestros productos y servicios, lo que va a garantizar crecimiento y rentabilidad en el futuro.
 
El precursor de esta filosofía fue Motorola, que a mediados de año 1986, se embarcó en un proceso de mejora continua que le permitió un rápido crecimiento en sus ventas y en la calidad de sus productos, y culminó con la obtención en 1988 del Malcolm Baldrige National Quality Award.
 
¿Qué es “Seis Sigma”?
El término “sigma” es una letra del alfabeto griego usada en la estadística, con la que se describe la desviación respecto a una media o un standard que hayamos considerado.
Aunque técnicamente consiste en hablar de una proporción de errores de 3,4 partes por millón, en la práctica el término se usa para denotar mucho más que un simple recuento de errores. Ello implica impregnarse de una cultura de calidad, en la cual estrategias, procesos, técnicas estadísticas y factor humano conforman un todo relacionado que permite mejorar y hacer rentable a una empresa. La aplicación de Seis Sigma, pues, conlleva una nueva filosofía de entender la empresa. Pasar de un mero recuento de defectos a determinar los procesos que realmente aportan valor añadido al cliente.
 
¿Cómo funciona “Seis Sigma”?
En la metodología “Seis Sigma” intervienen tres factores:
  1. Procesos. Se trata de identificar todas las actividades de cada uno de los procesos y mejorarlas para garantizar que cada una de las actividades está orientada a añadir valor al objetivo final del proceso y por tanto a nuestros clientes.
  2. Herramientas de mejora tales como Diagrama de Pareto, Diagrama Causa-Efecto, Histogramas, Gráficos de Control (SPC), Estudios de Capacidad, etc.
  3. El factor humano. Es aquí donde los cinturones negros o “Black Belts”, lideran los grupos de mejora y poseen un sólido conocimiento de las herramientas de calidad. A su vez éstos “Black Belts” formarán a más personal conocidos como “Green Belts”, cinturones verdes, en las técnicas descritas hasta que lleguen a su comprensión y conocimiento, pasando éstos a su vez a ser “Black Belts”.
“Seis Sigma” no es sólo alcanzar un servicio o producto final “sin errores”, sino lograr una optimización de todos los procesos que permitan obtener un producto o servicio rentable y de calidad, eliminando los procesos ineficaces dentro de la empresa.
 
Nuestra experiencia es que muchas empresas siguen demasiado centradas en el trabajo del día a día, en la contabilización de los defectos o en el uso de una determinada técnica estadística. De esta manera se pierde de vista la utilidad general de la herramienta. Para una organización que no aplica la filosofía subyacente de “Seis Sigma”, simplemente fracasará. No se debe tener una visión local, sino una visión global e interrelacionada. Para una óptima implantación de “Seis Sigma”, son fundamentales estas dos premisas:
  1. La dirección de la empresa debe creer y apoyar la implantación de dicha metodología, estableciendo las políticas necesarias, estrategias y dotando de medios necesarios.
  2. Los “equipos de trabajo” que se creen deben tener un enfoque integrado de todos los procesos y que conozcan sólidamente los mismos, llevando a la práctica las herramientas de mejora.

La semana que viene os hablaré de cómo implantar la metodología «Seis Sigma»

Emilio Gómez García
Socio Director de IMP Consultores