Cuando se plantea un proyecto de mejora de la productividad existen varias barreras que hay que vencer, como la falta de estandarización de los procesos, la falta de información o un layout complicado, pero existe una que se impone sobre las demás que es la resistencia al cambio  de las personas, resistencia a lo desconocido o a la pérdida de control.
 
Mejorar la productividad significa plantearse el porqué se hacen las cosas de una determinada manera, basándose en técnicas de análisis, y de ese análisis se proponen acciones encaminadas a mejorar la productividad. Estas acciones, en el ámbito de las operaciones, abarcan desde el aprovisionamiento a la logística de expediciones y deben de garantizar las especificaciones de coste, calidad y plazo comprometidas con el cliente. Por lo tanto, se trata de replantearse casi toda la organización, el corazón de la misma.
Para evitar la resistencia al cambio, y escuchar frases como “llevo 20 años trabajando de esta manera y nadie me va a decir cómo lo tengo que hacer” o  “esto no vale para nada, ya se intentó hace varios años y fue un fracaso”, es necesario tomar las medidas oportunas desde el inicio del proyecto.
 
En IMP consultores conscientes de esto, enfocamos los proyectos de manera que el plan de acción resultante sea lo más sólido posible para garantizar el éxito de su despliegue.
 
En primer lugar es necesario contar con el apoyo explícito de la dirección, el personal debe ser consciente de la importancia del proyecto que se va a iniciar, el mensaje por parte de la dirección debe ser unívoco en este sentido. 
 
El segundo paso es definir el equipo de trabajo, donde la figura del mando intermedio juega un papel fundamental como consecuencia de su cambio de role, al pasar de ser un “bombero” a un gestor de equipos. En el equipo de trabajo se analiza y participa en la toma de datos.
 
El tercer paso, es mantener reuniones bilaterales con personal de base, otros mandos intermedios, incluso personal directivo, donde además se recoge el soporte documental necesario para soportar las acciones propuestas y para evidenciar los problemas detectados.
 
El cuarto paso es consensuar el plan de acción dentro del equipo y su exposición ante la dirección de la organización.
 
Este método de trabajo permite maximizar el éxito del despliegue del plan de acción tanto verticalmente como horizontalmente dentro de la organización.
 
José Manuel Silva 
Gerente de proyectos en IMP consultores