Las tres palabras más peligrosas para la dirección son «No inventado aquí”. Sólo líderes muy satisfechos con ellos mismo creen que su forma de hacer las cosas no puede ser mejorada. Pero esa actitud, es la que puede conducir a negocios aparentemente exitosos al fracaso.
 
 
Como Henry Chesbrough, director ejecutivo del Center for Open Innovation de la Universidad de California, Berkeley, indica, los equipos directivos seniors pueden caer en el error de no dar la importancia necesaria a la  innovación porque no confían en que los nuevos modelos de negocio se adapten a lo que ellos habían estado haciendo hasta ahora.
 
Los tiempos difíciles pueden ser la madre de la innovación. Un ejemplo es la discográfica EMI, su historia más reciente no ha sido muy afortunada. Los consumidores han sustituido el CD por la música digital, descargada gratuitamente en la mayoría de los casos. Ante esta situación, a la compañía no le ha quedado más remedio que comenzar ha adaptarse a los nuevos modelos.
 
Elio Leoni-Sceti, directivo de EMI, afirmó en el Financial Times innovation conference, «hay que dejar el equipaje atrás». Algunos artistas como  Coldplay, por ejemplo, han comenzado a experimentar ofreciendo descargas gratuitas de algunos temas con el fin de atraer  futuras compras. Más ingenioso es un nuevo servicio llamado Abbey Road Live que ofrece a los aficionados a la música la oportunidad de comprar un CD del concierto al que acaban de asistir.
 
En el mismo foro Brian Dunn, presidente ejecutivo de Best Buy, el minorista de artículos eléctricos, contó la  historia de cómo su compañía en los últimos 20 años había estado buscando nuevas  formas de hacer las cosas una y otra vez, innovaciones que por lo general «nacieron de la desesperación».
 
Si era la supresión de comisiones para el personal de ventas, la adaptación a Internet como  medio para vender, renovar el enfoque de la compañía hacía los  clientes, o la expansión en el extranjero: la directiva  de Best Buy agonizaba sobre la decisión.  En todas las ocasiones había parte del staff que se resistía al cambio. Las innovaciones necesarias son difíciles de introducir cuando el negocio parece estar funcionando bien.
 
“Estar dónde está el cliente”, para Stefan Stern, significa que la innovación no es cuestión de empujar más, ni de sacar al mercado productos ligeramente mejorados, si no más bien, preguntarse ¿qué necesitan mis clientes que haga por ellos?
 
Las empresas siguen luchando con esto. Los nuevos datos de las encuestas realizadas por Accenture revelan un profundo descontento entre los líderes empresariales en sus esfuerzos por innovar. Para algunos de ellos, la mayor innovación de todas podría ser darse cuenta de lo que  tienen que hacer para innovar. Intentar cosas nuevas, ver lo que funciona, buscar los que lo hacen, y entonces volver a intentarlo.