Llevamos ya casi más de una década, desde finales de los 90, hablando de la importancia de la sociedad del conocimiento y de la información, del desarrollo tecnológico, del capital humano,  y, como toda moda inicial, tras esos diez años, estamos en el momento de madurez de este asunto, y el tiempo lo ha puesto en su sitio.
 
Realmente, ¿sirve para mejorar la productividad y la sostenibilidad de las empresas? ¿Las ingentes cantidades de recursos destinadas a este tema, han servido para algo o han sido puro humo? ¿Las TIC nos han ayudado de verdad a ser más competitivos?
 
Hay que ver el tipo de empresas de las que hablamos. En aquellas en las que el capital humano es fundamental, porque dependen de las personas, este aspecto del conocimiento es estratégico, pero aquellas en el que los procesos no dependen tanto de las personas, como pueden ser empresas agroalimentarias o industriales, este aspecto es táctico, es decir que hay que cuidarlo, porque en muchos procesos será fundamental, pero, no estratégico para la compañía. Hay muchos otros aspectos a cuidar antes. Tenemos que priorizar, y aplicar este conocimiento, a través de las herramientas disponibles.
 
Desde el punto de vista de la empresa, el conocimiento y su adecuada gestión tiene  que servirnos para algo concreto y cuantificable, algo trasladable de forma rápida a la cuenta de resultados.
 
¿Cómo?
Por ejemplo, porque nos ayuda a vender más, o más caro, o a comprar nuestras materias primas e insumos más baratos, ya que:
–       Hay creatividad y aprendizaje continuo, bien aplicados y gracias a ello se desarrollan nuevos productos y servicios que el cliente aprecia de forma de forma continua.
–       Mejoramos nuestros productos y servicios y le añadimos valor que nos permiten vender más caro o mejorar la fidelización de cliente.
–       Conseguimos mejores proveedores y más baratos gracias a la información disponible y manejable hoy en día.
O porque nos ayuda a ser más productivos y eficientes, a través de:
–       Disponer de un conocimiento internamente que nos permite mejorar los procesos de forma continua y sostenible, hacer más con menos recursos, hacer las cosas de forma más eficiente o más rápida.
–       O porque tiramos de empresas externas que nos aportan ese conocimiento en proyectos de mejora concretos con resultados medibles para mejorar nuestros procesos.
 
Lo importante es buscar el conocimiento y las herramientas necesarias para aplicarlo allá donde esté, y en eso, las empresas de consultoría tienen mucho que aportar.
 
Las herramientas tecnológicas, de gestión del conocimiento y de la información son una herramienta, no un fin en sí mismo. Tenemos que marcar la estrategia de la empresa, la estrategia a seguir en nuestras operaciones, definir los procesos para que esas operaciones nos permitan cumplir con los clientes al mínimo coste y con la calidad requerida, y para que esos procesos sean lo más eficientes posibles, analizar qué herramientas son necesarias y pueden apoyar esos procesos.
 
No al revés, que muchas veces pasa, donde invertimos en sistemas, en herramientas, en software, y luego adaptamos nuestros procesos a esas herramientas, lo que nunca llega a ser eficiente, y en muchos casos, acaban los procesos por un lado y los sistemas por otro, y eso no nos lo podemos permitir.
 
Por ejemplo, en consultoría, las herramientas TIC nos han ayudado a ser mucho más eficientes. Por ejemplo, los proyectos que ejecutamos fuera de nuestras fronteras serían mucho más complejos y costosos, sino tuviéramos internet y otras muchas herramientas TIC. La prestación de servicios, tanto de mejora de productividad como de sistemas de gestión ha mejorado mucho en eficiencia y en coste gracias a las herramientas disponibles como software específicos, herramientas de comunicación, modelos de simulación, trabajo online, teletrabajo, ahorrando a la vez costes y mejorando la eficiencia y la calidad de servicio.
 
Todo el proceso de generación y puesta en marcha de nuevos productos y servicios está apoyado por una adecuada gestión del conocimiento, desde la vigilancia de lo que hay fuera, hasta la implementación de los nuevos servicios.
 
Como decía Goldratt, lo importante es extraer la información útil y aplicable del océano de datos que es hoy en día la gestión empresarial, y añado, aplicarla a la eficiencia de nuestros procesos,  que llegue al cliente, que lo valore, y pague por ello.
 
Alberto Pascual Hernández
Socio director de IMP Consultores