El motor de toda sociedad capitalista es el consumo continuo de productos y servicios, y para que éste exista es fundamental que exista empleo. Si no hay empleo, o si no está bien pagado, es imposible que exista el consumo suficiente que lleve a la generación de riqueza. Pero… ¿qué es antes, el huevo o la gallina? ¿Hemos de potenciar el consumo para que exista empleo, o el empleo para que exista consumo? Hagamos un pequeño análisis:

 

Escenario 1: Potenciación del consumo

Es lo que se ha venido haciendo hasta ahora desde las diferentes administraciones: inyección de dinero público en la economía con el objetivo de potenciar el consumo, a través de la llamada política fiscal.

Esta inyección de dinero en la crisis económica, se ha llevado a cabo por parte de los estados mediante ayudas al consumo (ej. compra de automóviles), pero sobre todo mediante inversión en gasto público – obra pública en países como España o gasto militar en países como Estados Unidos -con el objetivo de generar empleo “ficticio” temporal que genere consumo y, a través de éste, generar incrementos de producción en las empresas, que lleven a la contratación de nuevos empleados y a mayor consumo-. Sin embargo, esto no ha dado el resultado esperado… ¿por qué?

La causa fundamental de que esta inyección de capital por parte del Estado no haya llevado a la creación de empleo es precisamente el factor diferencial que ha tenido esta crisis y que no tuvimos en las anteriores: la Globalización.

¿Cómo afecta la globalización? Básicamente abriendo el potencial de compra de los ciudadanos de cualquier país a cualquier empresa del mundo. ¿Esto qué implica? Muy sencillo: cuando se potencia el consumo y se genera empleo “ficticio” temporal, compramos la mayor parte de los productos fabricados fuera de nuestras fronteras: coches, electrodomésticos, electrónica, mueble, ropa… Lo que implica que el empleo se genera en empresas extranjeras, ¡pero no en nuestro país!

Escenario 2: Potenciación del empleo

Es importante precisar cómo generar empleo nos lleva a generar más consumo, y por tanto, más empleo de nuevo. Por supuesto con inversión en obra pública se ha demostrado que no conseguimos los resultados, pero ¿cómo hacerlo? Focalizándonos en entender cuáles son las células fundamentales de creación de empleo: LAS EMPRESAS. Las empresas pueden crecer incrementando clientes, o decrecer, perdiéndolos; no hay término medio. Cuando crecen, incrementan empleo; cuando decrecen, pierden empleo, y tienen riesgo de cierre.

¿Qué es lo que está ocurriendo en las empresas españolas? ¿Por qué no generan el empleo esperado cuando se potencia el consumo? Muy fácil: porque el factor globalización, que hasta ahora no había sido tan acuciante, las pone a competir con las empresas de otros países, cuyos productos son mejores que los nuestros. Nosotros mismos, como consumidores, los rechazamos por baja calidad y alto precio…

Reflexionemos un poco al respecto: cuando vamos a una macrotienda especializada en electrónica, ¿cuántos productos son “made in Spain”? Cuando compramos un coche nuevo, ¿la marca es española? La ropa que compramos en las tiendas, ¿dónde es fabricada? ¿Nos quejamos cuando comparamos el precio de un mueble español frente a un “IKEA”?

¿Cuál sería por tanto la clave para que cualquiera de nosotros compre un producto “made in Spain”? Muy sencillo: que sea de mejor calidad y de menor precio, pero ¿qué fácil es decir esto, verdad? Si conseguimos averiguar cómo podemos tener mejores productos que la competencia extranjera, los consumidores (españoles o extranjeros) los comprarán, ¡generando empleo en las empresas españolas!

 

Conclusión

Nunca más las decisiones macroeconómicas sacarán a ningún país de la crisis: de la crisis se sale empresa a empresa. El proteccionismo no sirve en un entorno globalizado en el que cualquiera puede comprar cualquier producto a través de Internet y en cualquier país del mundo. Por tanto, el enfoque nunca más es macro, sino microeconómico: las células de creación de empleo en cualquier economía se llaman EMPRESAS. Si no son competitivas en el entorno globalizado actual, perderán ventas de continuo y quebrarán, generando el paro estructural que ya estamos sufriendo en España.

En un mundo globalizado, la clave para la generación de empleo es tener empresas más competitivas, y ser más competitivo significa, en último término, tener un mejor producto. La economía de todo país se sustenta en las empresas del mismo – únicas generadoras de empleo– que se mantendrán a largo plazo sólo si los productos generados por ellas mismas son mejores que los generados por las empresas competidoras de otros países.

 

Emilio Gómez

Socio Director de IMP Consultores